En mis años en el Tec, alrededor de 2008, fue donde descubrí me encontré de forma seria con la fotografía: un proyecto académico sobre dinámica de fluidos me enseñó que el agua, bajo un régimen laminar, parece congelarse en el tiempo.

De esa práctica de laboratorio pasé a años en el grupo de fotografía, a amigos y conocidos con una pasión común, y el resto son 17 años de fotografías que este sitio pretende recopilar.



Mi trabajo es aquel laboratorio convertido en odisea: imágenes que son huellas de un viaje que nunca planeé, pero que era el único posible.